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Cómo prevenir los celos entre hermanos

Cómo prevenir los celos entre hermanos

Sobrevive al síndrome del príncipe o princesa destronados

Los celos son una emoción que sienten los niños y que, fundamentalmente, se resumen en el miedo y el temor que sienten a perder el cariño y la atención de sus padres cuando llega un nuevo miembro a la familia. Es el "síndrome del príncipe o la princesa destronados". Pueden ser especialmente intensos en el caso de un hijo único que deja de serlo pero también se pueden dar cuando ya se tienen varios hermanos y llega otro. 

Son algo absolutamente habitual y normal pero es cierto que son una etapa difícil tanto para los niños como para los papás. Os damos algunas pautas para que sean algo más llevaderos:

- Hablar con ellos: dependerá de la edad de los niños pero es importante que vayamos mentalizándolos antes de la llegada del nuevo hermanito o hermanita. Hay que contarles lo que va a pasar y contarles todas las cosas buenas que van a pasar. Os recomendamos no empezar a hablar del embarazo demasiado pronto ya que, si no, se les hará excesivamente largo. A mediados del segundo trimestre puede ser una buena alternativa. 

- Involucrarles: la llegada de un nuevo miembro a la familia conlleva muchos cambios: habitación, cuñas, carros, etc... Seguro que si los niños nos ayudan a elegir ropita, color de la habitación, o los chupetes de sus hermanitos se sentirán importantes, sentirán que les escuchamos y que contamos con ellos y verán que no pierden protagonismo.

- Evita cambios que les afecten: por ejemplo, si con la llegada del nuevo miembro a la familia tienes que hacer cambios que afectarán al niño como apuntarle a la guardería, dejarle en el comedor, etc. intenta que no coincida justo con la llegada del bebé. Hazlo unos meses antes para que el niño no asocie estos cambios con la llegada del niño.

- Mantén hábitos y rutinas: aunque se contradiga un poco con el punto anterior pero es necesario, en la medida de lo posible, que los niños no noten muchos cambios. Es decir, que si normalmente cenan a una hora determinada, los duchas a otra, etc. intenta que esas rutinas se mantengan. Y, por supuestísimo, si alguna de estas rutinas las comparten con los papás, debes a toda costa evitar modificarlas. 



- Comprensivos pero no laxos: esto es fácil de explicar. Normalmente, los padres nos podemos sentir culpables la haber "causado" la desazón en el niño con la llegada del bebé. Ello hace que, en ocasiones, dejemos de ser igual de firmes con los niños que éramos antes, perdonarles las cosas, darles la razón aunque no la tengan, etc. achacándolo todo a los celos y al mal momento que están atravesando los niños. Aunque no lo creáis, esto no les ayuda en absoluto. Evidentemente tenemos que ser comprensivos con ellos porque están atravesando un momento difícil, pero debemos seguir manteniendo el mismo tipo de educación que les estábamos dando.

- Sigue prestándoles atención: un bebé en casa supone un total desajuste y mucho más si, como es el caso que planteamos en este post, ya hay un niño o varios en el hogar. El trabajo se multiplica y el tiempo, literalmente, vuela. No obstante, tenemos que sacar de donde no hay tiempo para compartir con los hermanos mayores. Necesitan seguir sintiéndose importantes para los papás. Necesitan sentir que siguen siendo los príncipes y princesas de la casa aunque "la Corte" haya aumentado.

- Toneladas de paciencia: aquí no hay mucha más ciencia. Solamente un consejo, respirad hondo.

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