La historia del jabón de Marsella
Te descubrimos el origen de este producto tan tradicional que sigue de plena actualidad
Es uno de los olores más característicos en los productos de limpieza y cuidado de la ropa. El aroma del jabón de Marsella es sinónimo de limpieza y de cuidado. Uno de nuestros productos estrella, el Quitagrasas Marsella Bosque Verde, precisamente incluye este perfume. Pero, ¿sabemos un poco de su historia? ¿Por qué se llama así?
El jabón de Marsella, en francés Savon de Marseille, es un jabón tradicionalmente fabricado a base de aceites vegetales en la zona de Marsella, en Francia. Los primeros registros de la venta de este jabón se remontan a finales de 1300. En ese momento, se obtenía de la mezcla de cenizas de haya y de sebo de cabra. A medida que se va popularizando su uso, las incipientes industrias marsellesas comienzan a verse sobrepasadas por la demanda. Además, cada fabricante va haciendo sus propias fórmulas con más o menos aceites vegetales.
Para estandarizar el producto, a finales de 1600, Luis XIV, mediante el edicto conocido como Colbert, limita el uso del nombre de Savon de Marseille únicamente para aquellos jabones producidos en el área de Marsella y con aceite de oliva.
No cabe duda que el esplendor de Marsella y su crecimiento económico va ligado a este jabón, además de a sus actividades portuarias. A pesar de las grandes guerras y las circunstancias sociopolíticas, la ciudad y su jabón siguen creciendo.
El siglo XIX y XX, con la irrupción de los jabones modernos, el Savon de Marseille pierde su hegemonía. Pero, a finales del siglo XX y principios del XXI, se recupera el jabón de Marsella y, fundamentalmente su perfume, como sinónimo de producto artesanal, respetuoso con el medioambiente, biodegradable, puro y natural.
El jabón de Marsella tradicional tiene forma de cubo, como se puede ver en la imagen que acompaña este post y lleva la inscripción "72% de ácidos grasos".
El jabón de Marsella, en francés Savon de Marseille, es un jabón tradicionalmente fabricado a base de aceites vegetales en la zona de Marsella, en Francia. Los primeros registros de la venta de este jabón se remontan a finales de 1300. En ese momento, se obtenía de la mezcla de cenizas de haya y de sebo de cabra. A medida que se va popularizando su uso, las incipientes industrias marsellesas comienzan a verse sobrepasadas por la demanda. Además, cada fabricante va haciendo sus propias fórmulas con más o menos aceites vegetales.
Para estandarizar el producto, a finales de 1600, Luis XIV, mediante el edicto conocido como Colbert, limita el uso del nombre de Savon de Marseille únicamente para aquellos jabones producidos en el área de Marsella y con aceite de oliva.
No cabe duda que el esplendor de Marsella y su crecimiento económico va ligado a este jabón, además de a sus actividades portuarias. A pesar de las grandes guerras y las circunstancias sociopolíticas, la ciudad y su jabón siguen creciendo.
El siglo XIX y XX, con la irrupción de los jabones modernos, el Savon de Marseille pierde su hegemonía. Pero, a finales del siglo XX y principios del XXI, se recupera el jabón de Marsella y, fundamentalmente su perfume, como sinónimo de producto artesanal, respetuoso con el medioambiente, biodegradable, puro y natural.
El jabón de Marsella tradicional tiene forma de cubo, como se puede ver en la imagen que acompaña este post y lleva la inscripción "72% de ácidos grasos".