Cómo limpiar los radiadores
Enseguida los vamos a poner a funcionar a pleno rendimiento y es habitual que se nos olvide limpiarlos. Te contamos cómo hacerlo correctamente
No hay duda que acumulan mucho polvo y que su diseño con recovecos y curvas no facilita su limpieza. Por ello, es importante que no nos olvidemos de esta tarea y que dediquemos un momento a limpiarlos y más ahora que estamos a punto de ponerlos a funcionar a pleno rendimiento.
Sigue estos pasos:
- Coloca una toalla o cartón en el suelo para que no se te ensucie de polvo y/o se te moje.
- Para quitar el polvo, utiliza la aspiradora para llegar a todos los huecos. Seguro que tu aspiradora tiene boquillas más pequeñas para alcanzar las zonas más inaccesibles, este es el momento de utilizarlas.
- Para acabar con la suciedad en los huecos entre los módulos/lamas puedes utilizar un plumero o bien fabricarte uno atando un paño del polvo a un palo.
- Prepárate un cubo con agua y Amoniaco con Detergente Bosque Verde y pásalo bien escurrido por toda la superficie.
Es importante que te acuerdes de secarlo bien para que no haya riesgo de oxidación.
Para esta limpieza hay que tener una única precaución, que el radiador esté apagado cuando vayas a realizar este proceso.
Verás que es muy sencillo y que tus radiadores lo agradecen. Seguro que ahora vas a "purgarlos" para no tener sorpresas cuando vayas a encender la calefacción, aprovecha ese momento para darles un repaso.
Sigue estos pasos:
- Coloca una toalla o cartón en el suelo para que no se te ensucie de polvo y/o se te moje.
- Para quitar el polvo, utiliza la aspiradora para llegar a todos los huecos. Seguro que tu aspiradora tiene boquillas más pequeñas para alcanzar las zonas más inaccesibles, este es el momento de utilizarlas.
- Para acabar con la suciedad en los huecos entre los módulos/lamas puedes utilizar un plumero o bien fabricarte uno atando un paño del polvo a un palo.
- Prepárate un cubo con agua y Amoniaco con Detergente Bosque Verde y pásalo bien escurrido por toda la superficie.
Es importante que te acuerdes de secarlo bien para que no haya riesgo de oxidación.
Para esta limpieza hay que tener una única precaución, que el radiador esté apagado cuando vayas a realizar este proceso.
Verás que es muy sencillo y que tus radiadores lo agradecen. Seguro que ahora vas a "purgarlos" para no tener sorpresas cuando vayas a encender la calefacción, aprovecha ese momento para darles un repaso.