La tomatina y otras fiestas únicas
Esta semana Buñol celebra su Tomatina. Cita clave en el calendario festivo nacional junto con algunas otras celebraciones curiosas y sorprendentes
España es un país con muchas y muy variadas fiestas y tradiciones. Y, si hay un mes por excelencia que aglutina buena parte de estas celebraciones es el mes de agosto.
Una de las más emblemáticas e internacionalmente conocidas es la Tomatina de Buñol. Estos son los datos: 140.000 kilos de tomates (aunque cada año la cifra aumenta), una hora de tiempo y más de 22.000 personas en plena batalla. Se celebra el último miércoles de agosto y es un auténtico espectáculo.
También en agosto se celebra el Descenso del Sella. La fiesta de las piraguas declarada de interés turístico internacional. Este año ha cumplido su 80 edición y consiste en recorrer, en piragua, los 20 kilómetros que separan Arriondas de Ribadesella. La competición está en el río pero la fiesta está en los márgenes. Hay que verlo porque vale la pena.
Imágenes espectaculares deja cada año la carrera de caballos de Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz. Con más de 170 años de historia, este acontecimiento reúne cada año a miles de visitantes que acuden cada año a ver a los purasangres galopar junto al mar. Las fechas varían dependiendo del calendario de las mareas.
Los caballos también son los protagonistas en las fiestas de San Juan en Ciudadela (Menorca) aunque en este caso se adelantan al día de San Juan. No hay que perderse, aunque con cierta precaución, el Caragol des Born, acto en el que los caballos dan vueltas a una plaza al ritmo de la música. En el caso del Caragol de Santa Clara, los jinetes y caballos llegan a entrar en las casas de los vecinos. Una de las citas más entretenidas de las fiestas son los Jocs des Pla.
También en la noche de San Juan pero en este caso en San Pedro de Manrique (Soria), se celebra el paso del fuego. Se trata de un grupo de valientes que cruzan descalzos una especie de alfombra de ascuas incandescentes y, sorprendentemente, lo hacen sin quemarse.
Son muchísimas y todas ellas merecen una visita así que, a preparar el calendario y a disfrutar de nuestra riqueza cultural.
Una de las más emblemáticas e internacionalmente conocidas es la Tomatina de Buñol. Estos son los datos: 140.000 kilos de tomates (aunque cada año la cifra aumenta), una hora de tiempo y más de 22.000 personas en plena batalla. Se celebra el último miércoles de agosto y es un auténtico espectáculo.
También en agosto se celebra el Descenso del Sella. La fiesta de las piraguas declarada de interés turístico internacional. Este año ha cumplido su 80 edición y consiste en recorrer, en piragua, los 20 kilómetros que separan Arriondas de Ribadesella. La competición está en el río pero la fiesta está en los márgenes. Hay que verlo porque vale la pena.
Imágenes espectaculares deja cada año la carrera de caballos de Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz. Con más de 170 años de historia, este acontecimiento reúne cada año a miles de visitantes que acuden cada año a ver a los purasangres galopar junto al mar. Las fechas varían dependiendo del calendario de las mareas.
Los caballos también son los protagonistas en las fiestas de San Juan en Ciudadela (Menorca) aunque en este caso se adelantan al día de San Juan. No hay que perderse, aunque con cierta precaución, el Caragol des Born, acto en el que los caballos dan vueltas a una plaza al ritmo de la música. En el caso del Caragol de Santa Clara, los jinetes y caballos llegan a entrar en las casas de los vecinos. Una de las citas más entretenidas de las fiestas son los Jocs des Pla.
También en la noche de San Juan pero en este caso en San Pedro de Manrique (Soria), se celebra el paso del fuego. Se trata de un grupo de valientes que cruzan descalzos una especie de alfombra de ascuas incandescentes y, sorprendentemente, lo hacen sin quemarse.
Son muchísimas y todas ellas merecen una visita así que, a preparar el calendario y a disfrutar de nuestra riqueza cultural.