Cómo limpiar las brochas de maquillaje
Sencillos trucos para mantener tus brochas limpias y tu piel libre de suciedad y bacterias
De nada servirá que nos gastemos dinero en caros productos de maquillaje si, a la hora de aplicarlos, utilizamos brochas que no hemos limpiado en años. Estaremos, sin duda, tirando el dinero y exponiendo a nuestra piel a peligros de posibles irritaciones, brotes de acné u otros problemas.
Por ello, os damos en este post unos consejos muy fáciles para mantener tus herramientas de maquillaje limpias. No hace falta ser profesional. En nuestro uso personal también tenemos que tener las brochas limpias.
En primer lugar, debemos diferenciar aquellas brochas que utilizamos para productos en seco (como polvos) y aquellas que utilizamos para productos líquidos o en crema (como maquillaje fluido, iluminadores, correctores, etc.). Y es importante diferenciarlo porque la frecuencia de lavado no será la misma. En el caso de las primeras, las que usamos para productos en polvo, podemos establecer una periodicidad de limpieza de tres semanas a un mes. Pero, en el caso de las segundas, las de los productos líquidos, evidentemente acumulan más suciedad, más grasa, más producto...y, por tanto, deberíamos limpiarlas máximo cada dos semanas (si las usamos mucho, deberíamos bajar esta frecuencia y limpiarlas semanalmente).
Cómo limpiar las brochas
Existen productos específicos para la limpieza de brochas de diferentes marcas de maquillaje, sin embargo, podemos, perfectamente, utilizar agua y jabón para dejarlas limpias si no somos profesionales. En un lavabo o en una pila, dejamos correr el agua y colocamos la brocha de forma que se mojen únicamente las cerdas y no el mango. En la palma de la mano nos colocamos unas gotas de jabón y vamos haciendo círculos con la brocha. Enjuagaremos y repetiremos la operación mientras el agua no salga clara.
A continuación, eliminamos el exceso de agua que tengan las cerdas de forma suave. Por ejemplo, podemos ayudarnos de un paño limpio o bien papel de cocina. Para que terminen de secarse, las colocaremos tumbadas en posición horizontal encima de un paño limpio, toalla o papel para que se sequen completamente.
Respecto al tipo de jabón que podremos utilizar para limpiar las brochas, dependerá de si éstas son naturales o sintéticas. En el caso de las sintéticas, toleran mucho mejor los productos pudiendo, incluso, si tenemos una brocha con mucha suciedad y grasa acumulada, utilizar un lavavajillas. No obstante, como norma general, recomendaríamos un jabón neutro. Para las naturales, en cambio, es mejor optar por productos más suaves como los que usamos para nuestro propio cabello, por ejemplo, nuestro champú.
Siguiendo estos consejos, tus brochas estarán limpias y tu piel protegida.
Por ello, os damos en este post unos consejos muy fáciles para mantener tus herramientas de maquillaje limpias. No hace falta ser profesional. En nuestro uso personal también tenemos que tener las brochas limpias.
En primer lugar, debemos diferenciar aquellas brochas que utilizamos para productos en seco (como polvos) y aquellas que utilizamos para productos líquidos o en crema (como maquillaje fluido, iluminadores, correctores, etc.). Y es importante diferenciarlo porque la frecuencia de lavado no será la misma. En el caso de las primeras, las que usamos para productos en polvo, podemos establecer una periodicidad de limpieza de tres semanas a un mes. Pero, en el caso de las segundas, las de los productos líquidos, evidentemente acumulan más suciedad, más grasa, más producto...y, por tanto, deberíamos limpiarlas máximo cada dos semanas (si las usamos mucho, deberíamos bajar esta frecuencia y limpiarlas semanalmente).
Cómo limpiar las brochas
Existen productos específicos para la limpieza de brochas de diferentes marcas de maquillaje, sin embargo, podemos, perfectamente, utilizar agua y jabón para dejarlas limpias si no somos profesionales. En un lavabo o en una pila, dejamos correr el agua y colocamos la brocha de forma que se mojen únicamente las cerdas y no el mango. En la palma de la mano nos colocamos unas gotas de jabón y vamos haciendo círculos con la brocha. Enjuagaremos y repetiremos la operación mientras el agua no salga clara.
A continuación, eliminamos el exceso de agua que tengan las cerdas de forma suave. Por ejemplo, podemos ayudarnos de un paño limpio o bien papel de cocina. Para que terminen de secarse, las colocaremos tumbadas en posición horizontal encima de un paño limpio, toalla o papel para que se sequen completamente.
Respecto al tipo de jabón que podremos utilizar para limpiar las brochas, dependerá de si éstas son naturales o sintéticas. En el caso de las sintéticas, toleran mucho mejor los productos pudiendo, incluso, si tenemos una brocha con mucha suciedad y grasa acumulada, utilizar un lavavajillas. No obstante, como norma general, recomendaríamos un jabón neutro. Para las naturales, en cambio, es mejor optar por productos más suaves como los que usamos para nuestro propio cabello, por ejemplo, nuestro champú.
Siguiendo estos consejos, tus brochas estarán limpias y tu piel protegida.