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¿Vitrocerámica o inducción?

¿Vitrocerámica o inducción?

¿Qué alternativa es mejor para la cocina?

 Esta semana os hablamos de los productos para limpiar la vitrocerámica o la placa de inducción pero, ¿cuál es la mejor alternativa para nuestra cocina? Seguro que cada uno tiene una preferencia pero vamos a intentar resumir las ventajas e inconvenientes de los dos sistemas para que elijas el más adecuado para ti. 

VITROCERÁMICA

Sus ventajas son claras:

- Se puede utilizar todo tipo de ollas, cazos, etc. No tienes que cambiar tu batería de cocina si te instalas una placa vitrocerámica. Puedes utilizar todos los tipos de recipientes que tengas en casa, incluso los más tradicionales como los de barro. 

- Son más baratas: sin duda, esta es una ventaja muy interesante. Su precio de salida es habitualmente más bajo que las placas de inducción.

- Calentamiento progresivo: estas placas se van calentando progresivamente. Esto puede ser una ventaja cuando estamos cocinando alimentos que necesitamos que se vayan cocinando poco a poco. Además, el enfriamiento también es progresivo con lo cual podemos apagar la vitrocerámica y acabar el cocinado con ese calor residual. Esto mismo, como luego veremos, también puede ser un inconveniente. 

También tiene inconvenientes:

- Consumo: El principal inconveniente, sin duda, es la electricidad que consume. Se trata de una resistencia así que el gasto es importante. 

- Lentitud: si tenemos prisa habitualmente, esta no es nuestra placa. Como hemos visto, se calienta progresivamente así que, si necesitamos una potencia de calor rápida, tendremos que esperar. 

- Tiempo de limpieza: aunque es muy fácil limpiarla porque es una superficie lisa, no como los fogones, sí que es cierto que tendremos que esperar a que se enfríe para poder limpiarla.

- Seguridad: como hemos visto, mantiene el calor con lo que es fácil que con un descuido podamos quemarnos. 

INDUCCIÓN

Por contra, la inducción tiene las siguientes ventajas:

- Rapidez: la inducción funciona con una bobina que genera un campo electromagnético que al contactar con materiales ferromagnéticos (los recipientes) se calienta inmediatamente. Por tanto, podrás cocinar desde el minuto 0 con la potencia deseada. 

- Menor consumo: precisamente por el punto anterior, notarás, si te cambias a la inducción y cocinas bastante, que la factura de la luz se resiente menos que con la vitrocerámica. 

- Limpieza rápida: como no tenemos que esperar a que se enfríe tanto como la vitrocerámica, podemos limpiar casi inmediatamente después de haberla utilizado. Además, no se queman los alimentos cuando caen en la placa con lo que es mucho más sencillo porque no se crean incrustaciones. 

- Seguridad: la placa no se calentará hasta que no haya un recipiente adecuado sobre ella así que es mucho más improbable que nos quememos. 

Inconvenientes:

- Recipientes: este es un hándicap bastante importante. Únicamente podremos utilizar recipientes ferromagnéticos que serán los que hagan reaccionar a la base electromagnética de la placa. Aunque es cierto que cada vez los recipientes suelen ser cada vez más habitualmente aptos para inducción, puede ser que tengas en casa recipientes que no vayas a poder utilizar, entre ellos, los de barro. Para averiguar si los recipientes son o no aptos para la inducción, el truco es colocar un imán cerca de la base de la sartén, olla o recipiente. Si el imán se pega, el recipiente será apto. 

- Precio: como hemos dicho, este tipo de placas suelen ser más caras.

- Velocidad: aunque podamos pensar que es únicamente una ventaja, sí que es cierto que pueden existir algunos preparados para los que necesitemos un calentamiento más progresivo. No obstante, podríamos conseguir ese mismo efecto que la vitrocerámica, variando la potencia de la inducción. Tendríamos que estar más atentos, eso sí. 

Es decir, que las principales ventajas de la inducción son la rapidez y el menor consumo. Y de la vitrocerámica, el precio y la validez de todos los recipientes. 

 

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